Tomado del diario argentino Página/12  1/4/2001


UNA VEZ MAS, CAVALLO INTENTA RECOMPONER EL FRENTE PATRONAL
Fila india

Carlos Alvarez pidió olvidar el pasado de Cavallo y pensar sólo en las medidas que ahora propone. Es un gran consejo para seguirlo al revés. En sus actuaciones de 1982 y 1991 se encontrarán las claves para entender su actual despliegue. Especialista en presidentes febles y situaciones apocalípticas, el ingenio de Cavallo consiste en proponer salidas que concilien los intereses del capital transnacional y de los grupos económicos con base en el país. Siempre contó con que el miedo paralizara a los sectores populares, sobre cuyas espaldas se celebraron aquellos acuerdos.
La Segunda Aparición de Cavallo, en 1991, especuló con el miedo popular a la hiperinflación.

Por Horacio Verbitsky

Una vez sancionadas las leyes de emergencia, Domingo Cavallo marchó desde el Congreso hasta el Banco Nación. Mientras los invitados ocupaban sus butacas, Cavallo y los funcionarios aguardaban detrás del telón. Personal de protocolo del Banco Nación se puso a disposición del nuevo hombre fuerte del gobierno. Cavallo les gritó: Incompetentes, inútiles, fuera de mi vista. Mientras los increpados huían, un silencio antártico cayó sobre los miembros del equipo económico y los ministros remanentes del gabinete nacional. Hasta que uno se animó a preguntar cómo deseaba que se ubicaran. Entramos de a uno, en fila india, orden Cavallo. El máximo gesto de rebeldía provino del pie izquierdo del denominado jefe de Gabinete de ministros, Chrystian Colombo, que se desalineó unos centímetros de la disciplinada formación.
En ella participó, como si nada hubiera sucedido, el presidente del Banco Central, Pedro Pou, quien estaba a punto de ser destituido por mal desempeño y tal vez también por delitos cometidos desde ese cargo, con pérdidas de miles de millones de dólares prestados a entidades que días u horas después quebraron. No fue la primera señal hacia el sector financiero. Bajo el asombroso nombre de Ley de Competitividad, Cavallo ya le había ofrecido una suculenta expansión de sus negocios, con el uso obligatorio de cheques en todas las transacciones superiores a mil pesos. Además, la creación del nuevo impuesto a los débitos y los créditos bancarios constituyó una clara señal hacia el mismo sector: habrá solvencia fiscal para enfrentar los compromisos de la deuda pública, que por pereza intelectual se suele llamar deuda externa. El diputado justicialista Oscar Lamberto maneja un informe del Fondo Monetario Internacional según el cual ocho de cada diez dólares de deuda en bonos nacionales está en manos de argentinos. Lo notable es que un impuesto tan obviamente contractivo haya sido presentado a la sociedad como reactivante. Esto forma parte una compleja trama económica, pero también política y psicológica, en la cual nada supera la exhortación del ex vicepresidente Carlos Alvarez de olvidarse del Cavallo de la década del 90. Buen consejo para seguirlo al revés.

La Tercera Aparición

Igual que en 1982 y en 1991, Cavallo practica su ilusionismo en circunstancias que la sociedad considera apocalípticas. En sus Tres Apariciones la amenaza fue representada por el corte del financiamiento externo y la incapacidad de jefes de Estado febles. Cada vez, el ingenio de Cavallo consistió en proponer una salida que conciliara los intereses del capital transnacional y de los grupos económicos con alguna base en el país. Siempre contó con que el miedo paralizara a los sectores populares, sobre cuyas espaldas se celebraron aquellos acuerdos.
1982: al terror por las desapariciones, las torturas y los asesinatos clandestinos de la dictadura militar se sumó el efecto deprimente de la guerra perdida contra Gran Bretaña. La consecuencia de la Primera Aparición fue la estatización de la deuda privada, que ayudó a salir de la recesión post Malvinas pero desde entonces pesa sobre toda la sociedad. Para los bancos acreedores implicó la garantía estatal de sus créditos, para los deudores la evaporación de sus obligaciones.
1991: al terror residual por las atrocidades de la dictadura se agregó el más fresco miedo a la hiperinflación, en cuyo desencadenamiento el propio Cavallo actuó como gatillo. Con el desguace del Estado resultante de su Segunda Aparición se consolidaron las asociaciones entre bancos acreedores, empresas transnacionales y grupos locales, que hicieron superganancias en pocos años. La crisis actual se debe, precisamente, a laruptura de esa coalición. Las transnacionales que adquirieron las empresas prestadoras de servicios públicos pugnan por la dolarización que las asegurara contra cualquier depreciación de sus activos. Los grupos económicos, que a partir de 1995 vendieron sus participaciones en esas empresas, presionan por una devaluación que valorice sus activos financieros colocados en el exterior y mejore la rentabilidad de las exportaciones primarias de los establecimientos en que invirtieron la parte no fugada de sus ganancias. De este modo, cada sector busca maximizar su propio beneficio, sin haber logrado una síntesis política. Cavallo se las ofrece en su Tercera Aparición.
2001: sobre el miedo a la represión y a la hiperinflación sedimenta otra capa geológica, el pánico al desempleo masivo y la indigencia irreparable. En los tres casos los miedos fueron racionales, basados en hechos tangibles, como las decenas de miles de detenidos-desaparecidos por la dictadura militar, los miles por ciento de inflación con que concluyó el anterior gobierno radical y los millones de desocupados, subocupados y sobreocupados actuales. No puede decirse lo mismo de las salidas propuestas, que sólo agravaron las condiciones iniciales. Como en 1982 y 1991, Cavallo imagina ahora un menú de conveniencias para los dos sectores hegemónicos, una vez más a expensas de los trabajadores.

Discrecionalidad y corrupción

Hay una dimensión constitucional en lo sucedido. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano estableció hace más de dos siglos que cada ciudadano tiene derecho a verificar por sí o a través de sus representantes la necesidad de la contribución pública, consentirla libremente, controlar su ejecución y determinar la cuota, la base, la recaudación y la duración. En el impuesto a los créditos y los débitos bancarios, en cambio, el Congreso cedió todas esas atribuciones al Poder Ejecutivo, con un margen de discrecionalidad absoluto, propicio a la corrupción. Según la jurisprudencia de la Corte Suprema, el Ejecutivo tiene prohibido el establecimiento de contribuciones pero también de impuestos y tasas, en contra de lo que argumentaron varios legisladores del disciplinado bloque radical, que fiel a la liturgia de la conservación de los cargos sólo tuvo dos deserciones. En numerosos fallos, la Corte ha dicho que también las exenciones son atribución del Poder Legislativo y no de la rama ejecutiva. El segundo instrumento votado por el Congreso permitirá al ejecutivo modificar leyes por decreto, como ya ocurrió con la delegación concedida a Menem al comienzo de su mandato con las leyes de emergencia económica y administrativa.
Pero también tiene peso la dimensión política de los hechos. Una vez serenados los operadores financieros, una vez rendidos los legisladores con la concesión de facultades que desde 1789 las democracias occidentales reservan a los ciudadanos o a sus representantes en el Congreso, Cavallo emprendió una carrera contra reloj. Su meta es reactivar la actividad económica antes de las decisivas elecciones legislativas de octubre. Para ello necesita reconstruir el frente patronal roto en el último lustro y frenar la movilización popular que en tres días acabó con el equipo que FIEL había preparado durante tres décadas. El archivo de la desregulación de las obras sociales y del régimen jubilatorio y la extensión de los plantes Trabajar en un plazo y a un universo todavía indeterminados fueron suficientes para que las dos CGT desistieran de las medidas de fuerza planteadas. Para después de octubre, si los resultados electorales son propicios al gobierno, estarán dadas las condiciones para profundizar el ajuste. Entonces vendrán el redimensionamiento del Estado, la salida de la convertibilidad mediante una canasta de monedas que además del dólar y el euro incluya al real brasileño, como factor de realismo latinoamericano en el mix. También la reprogramación de los pagos de la deuda pública, cuyainevitabilidad fue expuesta hace un mes ante una comisión económica del Senado de los Estados Unidos. El economista de la Universidad de Columbia Charles Calomiris cuestionó allí que el blindaje concedido por el FMI hubiera postergado la reestructuración de la deuda soberana dada la imposibilidad futura de la Argentina de generar ingresos suficientes de divisas para cumplir con su deuda.

Los ex vices

De todas las forzadas pleitesías rendidas a Cavallo, la de Carlos Rückauf es la más pragmática: su provincia está en cesación de pagos, su banco en emergencia y tiene que conseguir tres mil millones de dólares para financiar su presupuesto. Ese fue el argumento de la gritería que se dedicaron, minutos antes de ofrecer la conferencia de prensa conjunta en la que Rückauf prometió el apoyo de lo que llamó sus legisladores a las leyes reclamadas por Cavallo. Cuando llegó la hora de votar, sólo siete de los 32 diputados justicialistas bonaerenses y ninguno de sus dos senadores siguieron la indicación de su presunto jefe, lo cual pone en seria duda su hipótesis de que en elecciones internas ganaría la candidatura justicialista a la presidencia. En cambio el más pequeño pero compacto bloque menemista votó sin deserciones, codo a codo con la menguada fracción alvarezista del Fresapo y con los accionistas republicanos de Cavallo.
La patética sumisión de Alvarez expone la disolución de un liderazgo que extravió al mismo tiempo principios y poder. Su acercamiento a Cavallo incluía como un punto central el combate contra la corrupción del Senado. Pero en cuanto asumió, el ministro indultó a los senadores y atribuyó las investigaciones judiciales a una persecución política, como la que él sufrió cuando rompió con Menem. Por un desaire menor, Alvarez renunció a la presidencia. El Fresapo no es hoy un partido testimonial ni de gobierno sino una sombra que se arrastra por los pasillos de palacio, entre la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. Su principal ambición es la jefatura de gabinete de la nueva coalición con Cavallo y Carlos Menem. Alvarez tiene su castigo en casa. Su esposa Liliana Chiernajowsky está entre los críticos para quienes el Fresapo no estaba ni está en condiciones de ser gobierno.

Acuerdos

El primer guiño de Cavallo fue hacia el sector financiero porque necesitaba parar la estampida que llevaba hacia la cesación de pagos del Estado. Pero en cuanto logró la tregua que buscaba y una vez que el Congreso votó las leyes, redujo la tasa del impuesto en más de la mitad, a sabiendas de que cada punto es otra carga que agrava la depresión ya trianual. Antes de asumir estuvo reunido en Londres con empresarios de la Comisión Trilateral, después voló a España. En ambos sitios discutió sus proyectos con los dueños de la Argentina. También está negociando con las mayores empresas que actúan aquí. Las cien más grandes representan la mitad del valor de toda la producción, lo cual simplifica la tarea. En Brasil explicó su deserción temporaria de los aranceles comunes del Mercosur. No le costó mucho encontrar comprensión: su elevación al máximo permitido por la Organización Mundial de Comercio conviene a Brasil, que hasta ahora había resistido las presiones argentinas, norteamericanas y chilenas para una mayor apertura extrazona.
Entre medias palabras y trascendidos es posible atisbar de qué modo piensa soldar Cavallo la fractura entre transnacionales dolarizadoras y grupos devaluacionistas. A los primeros les garantiza que no licuará sus activos devaluando la moneda. A los segundos les ofrece incentivos para la exportación y a más largo plazo la flexibilización del tipo de cambio al pasar del dólar a la canasta de monedas. La remoción de Daniel Artana y suplan de romper el Mercosur y luego adoptar la moneda norteamericana ya es un buen consuelo. López Murphy expulsó del gabinete a Javier Tizado con la despectiva consigna No quiero lobbystas. Cavallo retomó a Débora Giorgi, con lo que Techint recuperó la posición perdida. El plan de infraestructura, que López Murphy había mandado al archivo, contará ahora con el financiamiento específico del impuesto a los combustibles. Esto explica el cambio de clima en las representaciones institucionales controladas por Techint, como la Unión Industrial y la Cámara de la Construcción. Lo que no está ni siquiera esbozado es de qué modo Cavallo podrá forzar la disminución de la tasa de interés. Tampoco cómo inducir una merma en el precio de los servicios privatizados, cuya rentabilidad fue la más alta de la economía argentina desde el lanzamiento de la convertibilidad, dos o tres veces superior a la de las no privatizadas. Sin ambas bajas los alcances de la reactivación serán insignificantes.

Del barro

La liviana gestión de José Machinea y la pesada de Ricardo López Murphy, que se sublimó sin dejar huellas, empantanaron la economía. De la Rúa miraba el volante con resignación fatalista. Cavallo probó la marcha atrás, la marcha adelante, colocó ramas debajo de las ruedas traseras y ató una cadena a una de las delanteras. Es probable que con eso le baste para sacar el camión del barro. La cuestión es saber si llegará al asfalto o apenas avanzar un par de cuadras hasta quedarse sin nafta junto a un alambrado. Sus chances de éxito parecen mayores en términos de crecimiento macroeconómico que de consenso social.
Quienes sobreestiman la incidencia en la economía de la subjetividad y las expectativas creen que el envión inicial bastará. Aquellos que prefieren observar las condiciones estructurales son menos optimistas. Entre ellos habría que contabilizar a las tres principales calificadoras de riesgo que bajaron la nota de la Argentina. La misma idea se desprende de la última edición de The Economist. Ningún país sufriría más que Estados Unidos, Japón, Turquía y la Argentina la probable recesión global, dice. El cuadro se completa con el análisis de Morgan Stanley desde Londres. Mientras en Turquía el problema es político en la Argentina es económico, dijo. Ni todos los elogios a la presunta madurez de la clase política compensan la sencilla contundencia de este diagnóstico. Por no hablar de la dimensión social, que es la clave de todas las especulaciones del gobierno.
Existen también quienes perciben, como Elisa Carrió, un final de época y un hundimiento de lo que con estricto lenguaje radical la chaqueña llama El Régimen. Esa fidelidad al imaginario yrigoyenista le ha valido un homenaje de medio centenar de veteranos militantes radicales, entre ellos ex legisladores, gobernadores y ministros. La adhesión de los principales partidos y dirigentes del país obtenida por De la Rúa, lejos de mostrar fortaleza sería la primicia de su colapso, que la diputada imagina abrupto y completo y capaz de arrastrar también a Cavallo, Menem, Raúl Alfonsín, Alvarez y Rückauf. Las encuestas que maneja Carrió indican que si hoy hubiera una elección presidencial, ninguno de ellos podría batirla. Por eso mismo, es difícil que tal elección sea convocada.

 


 

El triángulo de Colombo

Por H. V.

Durante el debate legislativo, Elisa Carrió utilizó un argumento ad hominen para negar al Poder Ejecutivo las facultades de ofrecer los recursos o activos públicos como garantía del endeudamiento del Estado. Dijo que no le merecía ninguna confianza que la decisión quedara en manos del jefe de gabinete Chrystian Colombo. “Ha sido por mucho tiempo presidente de Macro Valores, es decir que ha manejado papeles de la deuda. En su oportunidad demostraré, con la correspondiente documentación, de qué manera hay triangulación entre el Banco Macro, el Federal Bank y Macrov Valores”, dijo Carrió.
Este diario reveló la densa trama de relaciones entre el Banco Macro, el Yoma Group, el escribano Raúl Juan Pedro Moneta y el Citibank. Describió las operaciones que inspectores del Banco Central consideraron sospechosas, entre el Banco República, de Moneta, y el Banco Macro Misiones, que se prestaron asistencia recíproca para evadir las regulaciones que prohíben un elevado monto de préstamos a empresas vinculadas: el banco de Moneta otorgó asistencia por 3,4 millones de dólares a empresas del grupo Macro Misiones, y el banco de Jorge Brito y Ezequiel Carballo le retribuyó con 4,9 millones en préstamos a empresas del grupo Lucini-Moneta, entre ellas Agropecuaria Río Juramento. El YomaGroup obtuvo créditos del Banco Nación ofreciendo como garantía liquidaciones que debía realizarle la DGI, pero esos créditos ya habían sido cedidos al Banco Macro Misiones, y cuando la DGI pagó, el Banco Nación no pudo cobrar su parte. Recién cuando Colombo fue designado jefe de gabinete, su sucesor en el Banco Nación, Enrique Olivera, acudió a los tribunales para denunciar el fraude. En estas páginas también se documentó la participación del escribano Moneta como garante en la compra del Banco de Salta por el Macro Misiones y los depósitos que Daforel hizo a través de una casa de cambio de Brito y Carballo, en otra empresa fantasma de Moneta, American Exchange. Aunque no hizo una sola declaración pública sobre el tema, lo cual califica su vocación republicana, en privado Colombo se defendió afirmando que él no dirigía el Banco Macro Misiones, sino su subsidiaria Macro Valores Sociedad de Bolsa.
La documentación del subcomité de investigaciones del Senado de los Estados Unidos citada por Carrió estableció que también Macro Valores tenía cuenta y operaba con el Federal Bank. A través de esa cuenta se movían fondos millonarios en operaciones sospechosas. Ellas consisten en el traspaso de fondos entre compañías de modo de dificultar el seguimiento de las autoridades interesadas en detectar maniobras de lavado de dinero sucio. Según la documentación que maneja Carri, el 27 de marzo de 1998 el Banco Macro Misiones transfirió 10.267.147 a su controlada Macro Valores, a través del Federal Bank. El mismo día, el Banco Macro transfirió otros 5 millones de dólares a Macro Valores. Un mes después, el 7 de abril de 1998, el Banco Macro transfirió más de cien mil dólares a Cabaña Los Gatos, propiedad de Moneta. Estas operaciones de mareo y despiste se prolongaron hasta muy poco antes de que se hicieran públicas las investigaciones del Senado de los Estados Unidos. En enero de este año, según la documentación de Carrió, la monetista Agropecuaria Río Juramento habría recibido préstamos sin garantías del Citibank por 17 millones de dólares y del Banco Macro por 4,8 millones. Ante la denuncia de Carrió, la UCR decidió retirar ese artículo de la ley. El silencio oficial sobre estas actividades del jefe de gabinete es estruendoso y cada día más difícil de sostener.

 


 

La otra lógica

Por H. V.

Primero el licenciado Alvarez y luego el presidente De la Rúa avanzaron sobre la idea del Seguro de Empleo y Formación y la asignación por hijo propuestos por la Central de Trabajadores Argentinos para que ningún hogar quede por debajo de la línea de pobreza. Alvarez los descafeinó, De la Rúa los convirtió en mera herramienta electoral. Ninguno se hizo cargo del dilema básico entre Ajuste o Democracia en que la CTA inscribe su propuesta. Tampoco de su intención de organizar un movimiento que promueva la consulta popular sobre el seguro, como forma de imponer una lógica distinta a la de la economía dominante y el vaciamiento de la práctica política. El final de Alfonsín, la transformación de Menem y fundamentalmente la crisis del Frepaso instalan con fuerza que la cuestión parece no radicar solamente en la definición de nuevos representantes. “Ha sido notoria la capacidad del sistema para transformar por distintas vías a aquellos compañeros que puestos en distintos ámbitos de representación terminan, pese a su discurso e incluso su propia historia, siendo funcionales al orden vigente”, sostiene la CTA. El Movimiento por la Consulta Popular busca superar la desalentadora idea de que gane quien gane una elección nada se modificará. Para ello propicia nuevas formas de representación que sacudan el viejo sistema de intermediación y apelen a la democracia directa y a la participación de nuevos actores. El punto en el que podría expresarse una amplia coincidencia desde los distintos campos y prácticas, articulando una experiencia política común sería el de lo no representado por el orden vigente, aquello que al instalarse públicamente pone en crisis el orden de dominación y alumbra la posibilidad de una estrategia emancipatoria. La desocupación y la pobreza serían reconocidas así como la cuestión principal, y la consulta popular como el eje de una disputa por la modificación global del orden vigente.