Los candidatos según su publicidad en televisión. Un análisis de la campaña en la que, desde enero, se llevan invertidos 80 millones de dólares, a los que deben sumarse otros 20 de la campaña Menem lo hizo. Cien millones de dólares es una cifra extravagante para un país en crisis económica y social. La campaña de la Alianza mostró una coherencia conceptual y una unidad estética que faltó en la del justicialismo. Ambos tuvieron bloopers y furcios. Duhalde y De la Rúa usaron recursos públicos para propaganda política. |
Por Horacio Verbitsky En la última semana los dos candidatos centrarán su ofensiva en avisos en televisión. Contra lo que algunos afirman, las campañas de Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa no han carecido de propuestas y contenido. Ciertos avisos exaltan la personalidad del candidato y otros cuestionan la del oponente. Pero aún esos spots contienen referencias precisas a problemas políticos, económicos y sociales y a las soluciones que los candidatos piensan darles. Esto no implica un juicio de valor sobre la viabilidad de tales propuestas ni un aval a su sinceridad. Mucho menos una justificación del despilfarro de recursos, que se analiza en otra nota. En ambas campañas hay referencias explícitas al gobierno saliente. Mientras la de Duhalde destaca sus discrepancias con el presidente Carlos Menem, la de De la Rúa siempre los presenta juntos, como dos rostros inseparables del Jano justicialista. El blooper de los cien pasos La campaña de la Alianza se centró en la persona de su candidato. Esa serie tiene la
unidad conceptual y estética que falta en la del PJ. En el primer spot el candidato
anuncia que estoy a cien pasos de ser el Presidente de una Argentina distinta.
Un programa humorístico midió cien pasos desde el despacho del jefe de gobierno y
constató que no alcanzaban para llegar hasta la Casa Rosada sino hasta el puesto de un
vendedor ambulante en la Plaza de Mayo. De la Rúa ya puede imaginarse que si llega a la
presidencia su promesa de terminar con el privilegio de unos pocos para sacar al
pueblo del abandono en que está no será supervisada con menos rigor. Swat y new age El tercer aviso es una paráfrasis new age de la consigna alfonsinista Con la
democracia se come, se cura, se educa. El candidato se pasea por hospitales y
escuelas: Voy a ser el empleador de cada argentino que quiera trabajar, voy a ser el
maestro de cada niño que va ser educado, seré el médico de cada argentino que deba ser
sanado, quien le dé de comer a cada chico que tenga hambre, dice. El spot contiene
una secuencia de fascismo explícito. Ataviado con un impermeable negro, De la Rúa avanza
rodeado por un grupo comando, también de negro, con armas largas a la vista y sin
insignias que los identifiquen como una fuerza legal. Voy a ser el que empuje a la
cárcel a cada delincuente, a cada corrupto, anuncia. Con pocos días de diferencia,
se difundió la propuesta delvicepresidente Carlos Ruckauf de matar a los ladrones, lo
cual describe el horizonte intelectual de las mayores fuerzas políticas. Todos lo hicieron El siguiente spot muestra a una nena frente a un vaso vacío y largas filas de
desocupados. Nosotros no tenemos para la leche. A ellos les sobra champagne se
oye. Nosotros no tenemos justicia. Ellos no tienen castigo. Nosotros no tenemos
educación, ellos no tienen vergüenza. Nosotros hicimos todo el sacrificio, ellos
hicieron todo el dinero sigue el off, sobre un primer plano de Menem y Duhalde.
Todos los spots de la serie concluyen con un fundido del rostro del candidato a blanco,
como si tuviera un aura sobrenatural. Duhalde respondió indignado que cada día su
gobierno entrega 1,2 millones de litros de leche. Esto no fue obstáculo para que en otro
aviso de su campaña Duhalde proclamara: No queremos esa justicia social que se
entiende como llevarle a la gente bolsas de comida porque está en contra de la dignidad
del hombre y de la familia. Queremos educación para los hijos y trabajo para los
padres. La coherencia no es un artículo que se cotice alto en esta campaña. Un calendario ahí En agosto, Duhalde designó ministro de Justicia y Seguridad al ex juez federal de Campana Osvaldo Lorenzo. De inmediato lanzó dos spots sobre la seguridad, dentro de la serie de avisos de la gobernación, rubricados con el lema La gente es lo que importa. En el primero Duhalde sobrevuela en helicóptero las unidades carcelarias de Florencio Varela. Un seudo periodista lo interroga. Sobre un total de 22 cárceles que había construimos 11 más. Nosotros creemos que tenemos que construir muchas escuelas, un aula para cada joven, todos los chicos deben estar dentro del sistema educativo, y una celda preparada para cada delincuente. Es la única forma de combatir la inseguridad y la delincuencia. También este spot fue una copia literal de otro de Maluf. La Policía de Buenos Aires un día fue llamada la Maldita Policía, comienza el segundo. Luego aduce que Duhalde terminó con eso. Y la policía pasó a ser simplemente la policía. Inmune a la experiencia, añade: Hoy Duhalde está trabajando mucho para que un día, quien sabe, pueda ser llamada Bendita Policía. Lo que sigue no se distingue de los avisos que encargó cuando el comisario Pedro Klodczyck era el mejor jefe de la historia de la mejor policía del mundo. Dice el texto, sobre las imágenes pertinentes: La policía acaba de recibir 1.800 patrulleros. Con la telepatrulla, la policía móvil comunitaria, la gente va a poner en acción un vehículo policial directamente por teléfono en caso de peligro. (En octubre el candidato Carlos Ruckauf promete poner en práctica este sistema que Duhalde anunciaba funcionando en agosto). Una pareja sonriente, un cliente confiado frente a un cajero automático, chicos que saludan al patrullero competan esta imagen idílica, celebratoria del nuevo pacto con la organización armada. El tercer corto de la serie comenzó a filmarse en Ramallo, durante la toma de rehenes en el Banco Nación, pero nunca llegó a difundirse, porque el intento de mostrar una policía eficiente tuvo un final espantoso cuando las balas de la ley abatieron a los rehenes y el único de los delincuentes que resultó ileso fue ahorcado en su celda. En su lugar, Duda Mendonça produjo un aviso que sólo estuvo dos días en el aire, debido al fastidio que provocó en la familia del candidato. La imagen muestra a Duhalde caminando entre los árboles de su quinta de San Vicente. Este hombre como usted sólo quiere enfrentar la crisis y terminar con el desempleo que asola (sic) al país. Pero sus adversarios no le dan tregua. Lanzan acusaciones, esparcen rumores, le tienden emboscadas. ¿Y usted cree que es justo lo que están haciendo con él? , dice su texto. En poco más de un mes, la imagen de firmeza y decisión para manejar la crisis de seguridad se transformó en la propia publicidad oficial en el lamento de una víctima impotente para desbaratar misteriosas conspiraciones que se ciernen a su paso. A Japón en subte También los contribuyentes de la Capital debieron financiar la campaña de su jefe de gobierno. Por lo menos tres avisos se confeccionaron para mostrar al candidato de la Alianza como un administrador eficiente y un corazón sensible, aunque sólo uno incluye su imagen, entre lactantes y pañales. Otro presenta con un texto coloquial la prolongación hasta Olleros del subterráneo de la línea D. La gente lo necesita y nosotros lo hicimos. Fernando De la Rúa, Gobierno de la Ciudad. En sólo tres años las cosas bien hechas. En el restante un grupo de turistas japoneses con su guía recorren San Telmo. Un muchacho abre la persiana y se asoma a su balcón. Todas las cámaras le apuntan, y luego de un primer plano en el punto estratégico de su calzoncillo y de un intercambio de miradas con la guía, vuelve a entrar, con el orgullo bien alto. Ahora podés vivir en un lugar admirado por todo el mundo. El gobierno y el banco de la ciudad te ofrecen una línea de crédito para que puedas vivir en el casco histórico de la ciudad. Fernando de la Rúa. Gobierno de la Ciudad, concluye el texto. Gente como uno Las dos campañas recurrieron a actores que representan a hombres y mujeres comunes. En
un aviso justicialista un cincuentón gangoso reflexiona sobre quién es realmente
el candidato del cambio. Duhalde siempre se animó a criticar a Menem.
Concluye que los dos candidatos representan el cambio y se pregunta
cuál es capaz de hacer el mejor cambio. Los temas que propone para decidir
esa disyuntiva son aquellos en los que el comando justicialista cree que Duhalde tiene
ventajas: más experiencia de gobierno, estar más cerca de la
gente y sus problemas. Y principalmente enfrentar los momentos de crisis y
tomar decisiones con rapidez. Este corto acompañó la propuesta de concertación.
El mismo concepto sobre la confiabilidad de Duhalde se reitera en otro corto filmado
dentro de un quirófano. Existen momentos en los que sólo buenas intenciones
solamente no sirven de nada. La Alianza respondió de inmediato. Una pareja de
jóvenes habla de espaldas a la cámara. Salgo así porque debo tener cara de
estúpido. Si no ¿cómo se explica que después de diez años gobernando nos vienen a
decir que ahora ellos son el cambio?. Su mujer añade: ¿Y ahora ellos van a
bajar los impuestos después de diez años de subirlos? Y ahora ellos van a terminar con
la corrupción después de diez años de impunidad? ¿Ellos nos van a dar trabajo después
de diez años de dejarnos en la calle?. Ambos se miran y luego se dirigen a la
cámara: Nos vieron cara de estúpidos pero no somos estúpidos, y el 24 de octubre
vamos a volver a mirar hacia adelante. La mujer alza a una nena de trencitas,
mientras luz de un rojo más cálido ilumina los tres rostros. En ese aviso se
incorporaron como cierre las manos entrelazadas de De la Rúa y Graciela Fernández
Meijide formando la inicial de la Alianza. Compañeros En setiembre se sumó el candidato vicepresidencial. En un spot filmado en la
biblioteca del Colegio Nacional de Buenos Aires, Chacho Alvarez se dirige a la base
peronista y recuerda que se alejó del partido hace diez años, mientras
Duhalde se quedó gobernando con Menem. Y ahora nos quiere hacer creer que no tuvo
nada que ver con lo que la gente está sintiendo. Menem y Duhalde tienen que
irse, ya, dice. También De la Rúa grabó un mensaje a los peronistas.
Filmado en Salta sobre fondo de sierras tiende a contrarrestar la imagen de la fórmula
del Obelisco. La Alianza no nació para defender el interés de un partido o dos. Y
que lo escuchen en la Alianza, advierte. Me comprometo a privilegiar el
respeto y a hermanar al pueblo argentino y a encabezar un gobierno que
defienda a los humildes. Por primera vez, prescinde de la corbata y se muestra con
su gastada campera de campaña y un pañuelo al cuello. Recuerden que yo no
miento, dice, y pone cara de sincero. Dígitos Duhalde se dirige a los trabajadores en la CGT sobre el fin de la
desocupación. Dice: Si nos ponemos realmente a conducir la política pensando
en el trabajo la Argentina en poco tiempo perforará los dos dígitos de inflación (sic)
y en cuatro años tendremos que importar trabajo. Hace una década que la inflación
está por debajo de los dos dígitos. El candidato quiso referirse a la desocupación,
pero nadie en su equipo lo advirtió ni enmendó el acto fallido. En este corto se usó
por primera vez un jingle muy atractivo compuesto por Palito Ortega. Es el tiempo de
realizarnos. El alma de un pueblo se hace fuerte, alcanza a oírse.
Los 100 millones Por H. V. La inversión en publicidad audiovisual, gráfica y de vía pública,
tanto partidaria como oficial, en favor de los candidatos justicialistas entre
enero y agosto de este año ascendió a 46,6 millones de dólares, mientras que
los avisos oficiales y partidarios por la Alianza costaron 31,7 millones.
Con casi 80 millones de dólares invertidos, es la campaña más cara conocida
en el país. Si a ellos se sumaran los 19,6 millones gastados por la Presidencia
de la Nación, la cifra rondaría los 100 millones. Así se desprende del informe
de la Fundación Poder Ciudadano, que firmó convenios con Eduardo Duhalde y
Fernando de la Rúa para monitorear la inversión en publicidad.
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